Debido a la creciente tendencia de romances conflictivos y desgastantes que se están viviendo en la actualidad, cada vez más personas se preguntan ¿Cómo evitar o afrontar relaciones de parejas tóxicas?
Ahora bien, lejos de permanecer en ciclos viciosos, psicólogos y terapeutas recomiendan a los afectados prepararse con herramientas psicológicas y adaptativas para abordar y resolver adecuadamente las crisis sentimentales. Y es que, pese a todas las investigaciones que se promueven sobre las relaciones amorosas, todavía resulta insuficiente el conocimiento que se divulga acerca de las parejas tóxicas, su clasificación, sus características, y, en especial, sus estrategias de evitación y afrontamiento.
a) Relaciones Unilaterales. En este caso, la afectividad del uno por el otro “no” es recíproca. Mientras una persona se esfuerza seriamente por cultivar la relación, la otra se muestra indiferente, desganada, o, menos comprometida. Se trata de una unión desgastante y dolorosa, en la que no existe una cooperación igualitaria entre las personas implicadas. Un sólo sujeto asume por completo la responsabilidad del bienestar de la pareja. No hay mutua correspondencia en atenciones, cuidados, apoyo, o intereses. En resumen, uno de los involucrados no le da prioridad a su relación amorosa.
b) Relaciones entre Codependientes Emocionales. Esta alianza se caracteriza por una dañina y extrema interdependencia entre los miembros de la pareja. Ambos integrantes disuelven sus fronteras individuales, perdiendo su autonomía, autoconfianza, y albedrio. Numerosas investigaciones psicológicas evidencian que no se trata de una pareja con un miembro dominante y otro sumiso. Los Codependientes desarrollan una forma patológica y adictiva de relacionarse entre sí, su vida sólo tiene sentido en torno a su compañero sentimental. Consideran imprescindible y obligatorio el consentimiento del otro para la toma de decisiones y la ejecución de acciones. De este modo, hay una obsesión por priorizar las necesidades y las opiniones de la pareja. La dependencia es tal, que ambos afectan su propia identidad y sus modos de vida. En este tipo de relación se usan afirmaciones como: “Si tú estás mal, yo estoy mal”, “Lo que hagas, lo hago”, “Si a ti te hace feliz, a mí me hace feliz”, “Adonde vayas, yo también quiero ir”, “Necesito de tu aprobación para...”. Lo más peligroso es que los sujetos se pierden a sí mismos, por temor a ser abandonados.
c) Relaciones Idealizadas. De cierto modo, todas las relaciones de pareja tienden a idealizar o sobrevalorar a sus compañeros, atribuyéndoles cualidades, valores y virtudes que no corresponden plenamente con la realidad. El problema se presenta cuando la idealización es tan desmesurada, que uno de los miembros de la relación endiosa o diviniza al otro, mientras que se desmerece a sí mismo. Esto, perjudica profundamente el equilibrio de la pareja, puesto que al sobrevalorar al compañero sentimental, se puede generar abuso de poder, sumisión, e incluso sometimiento. En este sentido, una devoción enfermiza puede conllevar a que una persona renuncie a sus propios principios, y, acepte comportamientos despectivos que menoscaben su dignidad, tales como: insultos, descalificaciones, maltratos, infidelidades, insinuaciones descaradas, humillaciones, entre otros; Quien idealiza ciegamente distorsiona la figura de su pareja y prácticamente se crea un personaje de ficción a su medida (excepcional, invencible, elocuente, seductor, poderoso, admirable), lo cual, eventualmente provocará dependencia emocional, decepción, sensación de engaño, y desilusión.
c) Relaciones ancladas en el pasado. Se trata de parejas que se empeñan en revivir constantemente las frustraciones, los errores, las decepciones, y, los recuerdos dolorosos que han experimentado durante la relación amorosa. Ahora bien, ¿Por qué algunas personas se anclan en el pasado? Por lo general, quienes se empeñan en rememorar el pasado son individuos que tienen asuntos y heridas sin resolver. Obviamente, en cualquier relación humana es bastante común que se presenten: ofensas, roces, engaños, conductas agresivas, indiscreciones, menosprecios, contradicciones, descalificaciones, acusaciones (sin pruebas), mentiras, entre otros. El problema ocurre principalmente cuando: a) La persona es incapaz de perdonar la ofensa del compañero sentimental: En este caso, el ofensor hace un esfuerzo sentido por reparar los vínculos emocionales y restaurar el amor. No obstante, el sujeto ofendido no se siente capaz de olvidar los maltratos, por lo que se empecina en revivir el pasado una y otra vez a fin de castigar a su pareja, b) El ofensor no muestra una actitud de arrepentimiento, ni una intención de resarcir los daños o agravios infligidos: Dicha situación genera que el sujeto ofendido empiece a experimentar emociones negativas tales como, rabia, ira, rencor, y resentimiento. Al no subsanarse adecuadamente las heridas, es muy probable, que la persona lastimada intente castigar y manipular al otro. Así pues, cuando se generen nuevos problemas, el individuo ofendido sacará a relucir viejos conflictos, que realmente nunca fueron resueltos. En este tipo de relación se utilizan expresiones como: “Siempre actúas de la misma manera”, “Jamás voy a olvidar cuando…”, “Yo te perdoné, pero tengo bien presente todo lo que pasó”, “Me la hiciste, ahora, me la pagas”.
Psicólogos y psicoterapeutas aconsejan que, cuando un sujeto emprende un noviazgo debe tener la disposición y la madurez emocional para encarar los fallos, los desacuerdos, y, las complicaciones que tarde o temprano surgen a raíz de la convivencia diaria, de lo contrario, la persona condena su relación a un ciclo vicioso, marcado por los errores del pasado. Quien no es capaz de ofrecer y aceptar un perdón sincero, jamás podrá mantener un vínculo sentimental significativo, íntimo, y duradero.
Disfuncionalidad. Se considera que las parejas tóxicas se relacionan de forma disfuncional ya que no manifiestan un compromiso auténtico por el mutuo bienestar. Puede que uno, o ambos miembros actúen de forma egoísta, sin esforzarse por la realización conjunta, ni la satisfacción afectiva del otro. En este sentido, la disfuncionalidad viene dada especialmente por el incumplimiento de roles y funciones inherentes al vínculo amoroso, esto significa, que los compañeros sentimentales no comparten de manera equitativa los deberes y los derechos asumidos al involucrarse. Y es que, si uno de los integrantes no cumple su papel, automáticamente, se afecta la funcionalidad y el balance de la relación. Dichas personas prefieren convivir tóxicamente, sin practicar la igualdad, el respeto, la empatía, la valoración, o el apoyo entre sí.
Desgaste Emocional. El hecho de lidiar de forma continua con intercambios afectivos hostiles, propios de las relaciones tóxicas, genera agotamiento, estrés, debilitamiento y desgaste de las condiciones emocionales en la persona. Consecuentemente esta situación produce, en la relación de pareja, mayor insatisfacción que bienestar en sus interacciones y, finalmente, genera un desmejoramiento progresivo de la salud mental.
Conflictividad. El conflicto es una parte natural de cualquier relación. Sin embargo, los miembros de una pareja tóxica se caracterizan por crear y mantener problemas intrascendentes. Suele tratarse de sujetos inmaduros, complicados, impacientes, egoístas, e intolerantes. Por lo general, estas relaciones tienen una especie de rutina en la que prevalece el drama, la tensión emocional, el agravio, y las degradaciones.
Percepción negativa de la relación. Cuando existen tendencias tóxicas en las relaciones sentimentales, las personas integrantes de la relación suelen invalidar o menospreciar los aspectos positivos del otro. Esto ocurre debido a que alguno de los integrantes (consciente o inconscientemente) hace uso de un filtro mental selectivo, el cual consiste en enfocarse de forma exclusiva en los aspectos perturbadores o negativos del compañero sentimental. Se trata de una especie de “abstracción dirigida” en la que se subestima lo positivo y enriquecedor, al tiempo en que se sobreestiman las fallas, y los defectos de la pareja. Desde la percepción negativa se sesga la realidad, y los individuos tienden a afianzar creencias inadecuadas (negativas) sobre la pareja.
Chantaje Emocional. Una persona tóxica y chantajista se caracteriza por presionar a su compañero sentimental para satisfacer sus propias necesidades. Usualmente, manipula, presiona, y coacciona a la pareja a fin de que cumpla sus exigencias y pretensiones, por muy incongruentes que sean. Para un chantajista su bienestar personal está por encima de todo, por lo que ignora los deseos y las aspiraciones del otro en la relación amorosa. Debemos destacar que, los sujetos que ejercen este tipo de manipulación tienden a emplear tácticas sugestivas y emocionales (victimizarse, amenazar, confundir, castigar, o, culpabilizar) con el propósito de que el chantajeado renuncie a sus creencias y se someta obedientemente a sus imposiciones. Entre las expresiones habituales de un chantajista emocional se encuentran: “Si realmente me amas harás esto…”, “Si me dejas, me mato”, “Yo siempre me sacrifico por tu felicidad”, “Si me abandonas, te arrepentirás para siempre”, “Si no haces esto por mí, buscaré quién esté dispuesta/o”.
Violencia Psicológica. En las relaciones tóxicas se suelen mantener interacciones perjudiciales, disfuncionales, y abusivas. Los individuos que ejercen la violencia psicológica se sirven de la humillación y la agresión verbal a fin de ganar poder y dominio sobre su compañero sentimental. Entre las principales formas de maltrato psicológico se encuentran: a) Desvalorización: El agresor emplea descalificaciones, desmerecimientos, ridiculizaciones, o desprecios para afectar la autoestima del otro. Entre las expresiones comunes están: “No sirves para nada”, “Eres tonto/a”, “Eres patético/a”, “Siento lástima por ti”, “Qué incapaz”, “Eres una vergüenza”; b) Indiferencia: Los involucrados no se apoyan mutuamente (No se desarrolla una sana empatía); c) Hostilidad: El sujeto violento reprocha, grita, amenaza, e insulta a fin de mantener el control; d) Omisión: Los individuos tóxicos tienden a ignorar selectivamente los eventos, siempre pensando en su propio bienestar; e) Imposición: El agresor psicológico da órdenes, asigna restricciones y prohibiciones sociales a fin de aislar a su compañero; f) Intimidación: Se utilizan actitudes amenazantes, posturas agresivas, y gestos violentos, para amedrentar y debilitar emocionalmente al par.
Diferentes estudios psicológicos evidencian la relevancia de las Estrategias de Afrontamiento en el abordaje, el encaramiento, y la resolución de situaciones controversiales o alarmantes que afectan el bienestar y la calidad de vida de las parejas. Dichas tácticas se convierten en recursos adaptativos y psicosociales dirigidos a manejar las ofensas, los desacuerdos, las injusticias, los abusos emocionales, las discrepancias, que usualmente caracterizan a las relaciones tóxicas. Es de agregar que el proceso de afrontamiento ocurre principalmente cuando el individuo evalúa de forma concienzuda el conflicto que tiene en su relación afectiva, y, considera que la condición negativa puede ser susceptible a un cambio favorable. Entre las ventajas de aplicar Estrategias de Afrontamiento se encuentran:
a) La persona podrá reconocer y establecer el significado objetivo de la situación desbordante o la trasgresión de su pareja.
b) El sujeto estará en capacidad de regular las emociones negativas que genera el suceso.
c) El individuo confrontará de manera activa, pertinente, y equilibrada la realidad. La adopción de esta actitud tiene la intención de que el compañero tóxico sea consciente sobre los eventos problemáticos y las consecuencias que generan en su pareja.
e) Finalmente, ambas partes deberán realizar un acuerdo significativo acerca de los factores críticos que se deben reducir o eliminar.
El Afrontamiento de la pareja conlleva principalmente a salidas positivas, sin embargo, existen escenarios negativos que también se deben considerar. Por el lado favorable, este tipo de tácticas psicológicas tienden a contribuir a restaurar el equilibrio afectivo y conductual entre los enamorados. Por otro lado, si existe indiferencia y apatía en alguno de los miembros de la relación es poco probable que se puedan subsanar los daños. De hecho, si las partes no pueden llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso, basado en la equidad y el respeto, lo más recomendable es la separación. Entre las principales Estrategias de Afrontamiento se encuentran:
a) Confrontación Directa.
Una pareja saludable se caracteriza por admitir la existencia de conflictos o problemas cuando se presentan. Por el contrario, en las relaciones tóxicas existe una fuerte inclinación por evitar las conversaciones difíciles, y, por minimizar o ignorar los eventos críticos. Dicha tendencia, sólo contribuye a perpetuar los abusos y padecimientos entre las personas involucradas. Es por esta razón que psicólogos y terapeutas recomiendan ampliamente la confrontación directa como una estrategia útil y eficaz en la resolución de crisis, diferencias, o tensiones afectivas. Se trata de abordar “cara a cara” al compañero sentimental en cuanto a los asuntos negativos, sensibles, o incómodos que se pueden presentar en la convivencia diaria. La confrontación de la pareja no consiste en un ataque premeditado, por el contrario, es una valiosa oportunidad para encarar, empatizar, y negociar con el otro, siempre en búsqueda de soluciones.
¿Cómo confrontar una relación de pareja tóxica?
b) El Apoyo Social.
Constituye una estrategia psicológica ampliamente recomendada para Evitar o Afrontar Relaciones Tóxicas. En este caso, el Apoyo Social debe ser entendido como un conjunto de relaciones amicales, familiares, laborales, e institucionales que proveen a la persona de consejos, cuidados, asistencia, afecto, y consuelo ante las situaciones conflictivas que enfrenta con su pareja. En otras palabras, el afectado busca la orientación y el auxilio por medio de su red social (inmediata) a fin de preparase para encarar y resolver sus problemas afectivos.
Ahora bien, ¿Por qué emplear el Apoyo Social como táctica de afrontamiento de Relaciones Tóxicas? Entre los principales beneficios se encuentran: a) Satisface necesidades afectivas y de afiliación, b) Reduce el estrés y la sensación de indefensión, c) Brinda información adecuada acerca del afrontamiento de una pareja tóxica, d) Genera un sentimiento de pertenencia, e) Facilita el desahogo emocional, f) Favorece la autoestima, g) Provee de herramientas psicosociales para el manejo de las emociones negativas, h)Se ha demostrado que los sujetos que cuentan con Apoyo Social, (especialmente de familiares y amigos) gozan de mejor salud mental, por lo que, están en plena capacidad de lidiar eficientemente con sus relaciones íntimas.
Si usted desea evitar una relación de parejas tóxicas resulta imperativo que aprenda a identificar a este tipo de personalidad. A continuación, se presentan una serie de señales que pueden cumplir cualquier integrante de la pareja sentimental y que son indicadores de advertencia comunes de una pareja tóxica:
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