Estás tranquilamente en tu escuela o universidad, pasando el rato con tus amigos, hablando de todo un poco, aparentemente relajado, pero dentro de tu mente la realidad es otra. Ves el reloj una y otra vez, y sientes cómo la ansiedad se va apoderando de tu cuerpo. A cada minuto se acerca el momento que tanto deseas que no ocurra. Aunque te hayas preparado lo suficiente, no puedes evitar ese miedo extremo que te hace sudar frío y sentir escalofríos. De repente, tu mente se nubla y has olvidado absolutamente todo lo que estudiaste para el examen que estás a punto de presentar. No entiendes qué sucede; estás desesperado, sin saber qué hacer ni con quién hablar, y en lo único que piensas es que seguro vas a reprobar…
¿Esto te ha pasado a ti? Si la respuesta es positiva, entonces perteneces a ese 25 % de los estudiantes que siente miedo a reprobar exámenes. Aunque este sentimiento es algo común, gran parte de los estudiantes que lo padecen ven cómo esta situación afecta sus vidas en un grado mucho mayor al considerado como normal, a tal punto que son capaces de abandonar la carrera que con tanto esfuerzo han recorrido.
Este miedo puede manifestarse en cualquier momento y lugar, sin importar la situación en la que te encuentres. Incluso unos días antes o la noche anterior al día de la presentación, basta con que el recuerdo del examen aparezca en tu mente para activar este temor incontrolable, aunque lo más común es sentirlo en los instantes previos a iniciar la prueba, debido a que la ansiedad es mucho mayor cuando la hora de la presentación está más cerca. En los casos más extremos, el miedo se activa exactamente al momento de estar sentado frente a la hoja con la evaluación, y todo lo estudiado sencillamente desaparece de la memoria, dejándote ante un enorme océano de incertidumbre y frustración.
Sea cual sea tu caso, debes mantener la calma. La mayoría de los estudiantes que tienen miedo a los exámenes, no son víctimas de este sentimiento por no tener el conocimiento necesario, sino por no ser capaces de poder demostrarlo a causa de la ansiedad que les aqueja. Es importante que conozcas cuáles son los motivos que te conducen a sentir este miedo y prepararte para superarlo.
El miedo a reprobar exámenes no surge de la nada. Esta es una fobia llamada testofobia, que usualmente se manifiesta por primera vez en la infancia y no es extraño que se mantenga hasta la adultez. Por lo general, a los niños se les hace creer que un examen representa un compromiso de enorme magnitud, y esto genera en ellos mucho nerviosismo y ansiedad que nadie les enseña a controlar, y mucho menos logran hacerlo por su propia cuenta.
En algunos casos también sucede que obtienen una mala calificación, lo cual desemboca en un castigo muy severo por parte de sus padres, que les induce a que el miedo a presentar exámenes sea mucho mayor, pero esta vez por el temor al fracaso y sus terribles consecuencias. De igual manera, los niños podrían verse reflejados en las malas experiencias de algunos de sus compañeros y sentir que esto podría pasarle a ellos también.
En cualquiera de estos escenarios, el niño crece manteniendo ese miedo en su mente, asociado a la sola idea de que presentar un examen significa algo malo desde cualquier perspectiva que lo vea, acechado por la presión a su alrededor que lo obliga a obtener un buen resultado como única garantía de no ser reprendido, llegando a afectar severamente su situación académica, sus aspiraciones profesionales y todos los aspectos de su vida en general.
Por otra parte, otra causa de origen de este miedo puede deberse a que no te has preparado de la manera correcta, y por ese motivo tienes miedo a reprobar. Esto es consecuencia de una mala administración de tu tiempo, falta de compromiso, hábitos de estudio inadecuados o procrastinación. Todos estos factores aumentan la ansiedad cuando se va acercando el momento del examen.
El miedo a presentar exámenes incluye una serie de síntomas que se pueden clasificar en psicológicos y fisiológicos, dependiendo del nivel de ansiedad que llegues a experimentar, y el tiempo de anticipación a la prueba.
Entre los síntomas fisiológicos, se encuentran los siguientes:
En cuanto a los síntomas psicológicos, podrías comenzar a percibir las siguientes señales:
Todos estos síntomas podrían significar además el atraso en la carrera, o peor aún, su abandono definitivo, a causa de no sentirte capaz de poder superar ninguno de los exámenes que debas presentar.
Si estás cansado de vivir esta situación a cada momento que se acerca un nuevo examen, debes saber que el camino hacia la solución comienza en ti mismo; nadie más va a lograr que mejores tu rendimiento académico y tu actitud hacia las evaluaciones en tu nombre.
Para que esto sea posible, debes comenzar a tomar medidas en tres diferentes aspectos: a nivel mental, a nivel conductual y a nivel fisiológico.
A nivel mental, lo primordial es empezar a cambiar la percepción que tienes sobre todo lo inmensamente malo que podría sucederte si repruebas un examen. Un resultado negativo es algo que experimenta todo el mundo, y tú no eres la excepción. Además, también te recomendamos comenzar a tomar en cuenta los siguientes consejos:
Por otra parte, a nivel conductual deberías comenzar a cobrar consciencia sobre la importancia de tener una buena preparación previa a la presentación de un examen; esto te ayudará a aumentar tu autoestima y la seguridad de que puede obtener un buen resultado si te lo propones correctamente. No olvides también considerar estas recomendaciones:
Por último, a nivel fisiológico, existen técnicas que podrán ayudarte a mantener la calma en momentos de tensión o angustia, entre las que te sugerimos las siguientes:
Y… ¿Qué pasa si fracasamos?
Seguramente esta pregunta continúa en tu cabeza. Tras días completos de preparación, tanto física como mental, para presentar un examen ante el cual te sientes totalmente confiado de poder aprobarlo, te entregan los resultados y no es lo que esperabas: lo has reprobado.
En este punto, comienzas a sentirte decepcionado, y percibes cómo poco a poco la frustración se apodera de tu mente. No logras entender por qué has obtenido un resultado negativo y comienzas a tener pensamientos pesimistas sobre si en realidad ha valido la pena todo el esfuerzo. Inmediatamente aparecen las ideas fatalistas y hasta comienzas a dudar que te encuentres en el camino correcto… Pero tranquilo, no desesperes ni permitas que el mundo se te venga abajo.
Lo primero que debes tener en cuenta es que este escenario es totalmente posible, perfectamente normal y forma parte integral de todo proceso de aprendizaje. Luego, una vez que ya eres consciente de que no debes rendirte, entonces es el momento de tomar el control de la situación e identificar cuál habrá sido el motivo del fracaso; quizás fue tan solo un pequeño error que se pasó por alto mientras hacías tu examen, lo cual da cuenta de que tu preparación no fue en vano y estás en total capacidad de demostrar tus conocimientos; pero un error lo comete cualquiera, ¿no crees?
Quizás también sea posible que algo saliera mal con tu estrategia de estudio, por lo que debes revisarla a ver si ha sido la más acertada. Lo más importante en esta instancia es no darte por vencido; qué un solo fracaso no signifique la derrota completa. El camino académico puede ser largo y complicado, lleno de muchas dificultades, pero no hay mayor recompensa que llegar hasta el final habiendo superado cada obstáculo, demostrando a todos y especialmente a ti mismo que puedes ser completamente exitoso.
¿Acaso el solo hecho de sentir miedo a reprobar exámenes es suficiente motivo para ir al psicólogo? La respuesta es no, porque como ya te habrás dado cuenta, la solución podrías encontrarla por tus propios medios. Sin embargo, en ocasiones la ansiedad y angustia producidas por este miedo, afectan directamente otros aspectos de tu vida además del académico, e incluso este mismo motivo podría derivar en fuertes complicaciones emocionales que no resultarán nada agradables para ti.
Acudir a un psicólogo es una opción que deberías tomar cuando sientas que comienzas a experimentar otros trastornos que se generan por el miedo al reprobar, o por algún fracaso en un examen. Es posible que la ansiedad se incremente paulatinamente o la sensación de angustia sea cada vez más fuerte. Quizás también la frustración sea tan grande que te haga pensar en el abandono de tus estudios, o que la vergüenza por no obtener buenos resultados te empuje a alejarte de todos tus compañeros y amigos, causando aislamiento.
En casos extremos, muchos estudiantes llegan a pensar en el suicidio, porque ven su temor al fracaso como un síntoma de debilidad ante cualquier circunstancia en sus vidas, que no les permitiría alcanzar nunca las metas que se proponen.
De esta manera, la principal misión de un psicólogo ante este tipo de escenarios es brindar el asesoramiento indicado a los estudiantes que se sienten fracasados, desmotivados o incapaces de poder aprobar un examen gracias al miedo que sienten, para así evitar la aparición de otros trastornos de mayor gravedad.